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Orange Is The New Black ¿lo hizo bien?

Foto del escritor: María Fernanda Ortiz ChávezMaría Fernanda Ortiz Chávez

La serie original de Netflix, la cual ha sido emitida a partir del 2013 ha llegado a su fin con su séptima temporada, y entre diversas críticas u opiniones respecto al desarrollo de la misma, a lo largo de ésta hemos encontrado contrariedades acerca de su realización, sobre si la historia estaba siendo alargada perdiendo su esencia o cuestiones sobre los grandes flashbacks que en algún momento se ausentaron, sin embargo, en mi opinión esta última temporada nos ha dado un cierre esperado en algunos aspectos, al no ser una historia que pudiese terminar con un final feliz, y a la vez uno que ha logrado la nostalgia, la empatía por los personajes y les ha dado a los mismos la oportunidad de explicarse, de dar a entender sus circunstancias, así como lo que llevo a estas mujeres a terminar donde están, dándoles una buena estructura y un buen cierre.


Es una serie, que en un inicio cautivó a su audiencia por la forma cruda de abordar temas polémicos, como lo son el funcionamiento de una prisión, el sistema que opera entre las mismas reclusas, su convivencia, abarcando temas como la corrupción, el racismo, el lesbianismo, la pérdida de identidad, la depresión, el tráfico de drogas y la drogadicción que termina siendo para muchas un medio de supervivencia, y lo mejor que nos dio fue la razón por la cual cada una de esas mujeres se encuentran en la prisión, por medio de esos flashbacks que tanto se habían extrañado en otras temporadas, donde exponen su pasado, los traumas y todo aquello que las llevo a hacer lo que hicieron.


Y esta temporada final, nos ha dado todo aquello que caracterizó a la serie y que en algún momento se vio perdido, siendo una temporada que retoma de lleno los flashbacks, explicándonos más sobre los personajes, mientras nos expone la evolución de estos a lo largo de la serie; donde además se dieron a la tarea de incluir el tema de los inmigrantes, el cual, es una realidad latente hoy en día, planteándolo de una forma inteligente sin que terminará siendo el único tema a tratar, ya que nos encontramos con la inclusión de otros temas como el racismo laboral, el movimiento del #MeToo, la dura realidad a la que se enfrentan las reclusas al tener que reivindicarse de nuevo en la sociedad y el proceso que esto conlleva, así como los demás temas que ya habían sido recurrentes.


El último capítulo termina por dejar un buen sabor de boca, llevando a la audiencia a la nostalgia, a la empatía y emotividad por las reclusas, dejando a mi parecer, un mensaje claro sobre la humanidad, ya que al final todos esos personajes que nos hicieron reír con ellos, odiarlos y entenderlos, no dejan de ser en ningún momento humanos, que sienten, que piensan, que se arrepienten, reflexionan y cambian su manera de ver la vida, evolucionando y aprendiendo de todo lo que han vivido, pudiendo reencontrarse algunos de estos con la sociedad, empezando de nuevo, una vida con un pasado que deben aceptar, así como circunstancias que ya no pueden cambiar, sin embargo, pueden ahora salir, vivir una vida “normal” dentro de lo que se les permite y la sociedad podría darse cuenta que no por decisiones erróneas que las llevaron a estar en prisión, dejan de ser humanos y hay que tratarlos diferente, ya que todos merecemos una segunda oportunidad y es cuestión de cada uno saber aprovecharla o cometer los mismos errores.

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